Ya durante los primeros cinco años de vida, los progenitores de niños con hiperactividad refieren que sus hijos:
Son inquietos
Son molestos
Presentan cambios frecuentes de actividad
Maltratan los juguetes
Tienen dificultades en el aprendizaje (olvidando pronto la información que se les da)
Les cuesta ponerse cada zapato en su pie
Les resulta difícil deletrear palabras
Manifiestan un cierto retraso en la adquisición de las habilidades motoras, como, por ejemplo, abrocharse los botones, atarse los zapatos o sujetar correctamente un lápiz.
No terminan lo que están haciendo
Toleran mal las frustraciones
Se distraen con muchísima facilidad
Son capaces de prestar atención pero lo hacen de una forma inadecuada.
A estos hijos hiperactivos no les falla la atención propiamente dicha, ya que cuando les interesa, ¡bien que están pendientes de la televisión o de un determinado juego! Mientras que cuando tienen que realizar otro tipo de tarea, como hacer un trabajo de la escuela o seguir detalladamente unas explicaciones, entonces se distraen con suma facilidad. Es decir, que tienen una buena capacidad de atención cuando ellos quieren, cuando el estímulo y la situación así lo requieren. Estos niños con TDAH no tienen una menor capacidad de atención que los niños sin este trastorno, sino que su principal defecto es el mantenimiento de la atención.
Tienen gran dificultad para cambiar de actividad cuando están haciendo algo y tienen que pasar a otra tarea: les cuesta adaptarse a nuevos requerimientos de atención.
Impulsividad: Cambian de una actividad a otra sin detenerse a pensar ni a planificar lo que tienen que hacer. Los niños con TDAH se caracterizan por fracasar en el sabio consejo de "pararse, mirar y escuchar" ("stop, look and listen"). No saben analizar los detalles importantes de lo que se les dice y se pierden en una visión global, pero deficiente. Para muchos padres la impulsividad de sus hijos significa, más bien, una búsqueda y demanda inmediata de recompensas, sin dilación de tiempo.
Exceso de actividad motriz. Frecuentemente la denominada "actividad motriz gruesa" (la de los grandes movimientos del cuerpo en general) está significativamente acentuada en los niños con TDAH y así lo reconoce la mayoría de padres. Mientras que respecto a la actividad motora "fina"( la que se realiza con precisión o habilidad manual) algunos padres describen a sus hijos como muy ágiles, flexibles y con un desarrollo precoz de sus habilidades motoras (deambulación, manualidad, etc.); aunque hay otros padres que, por el contrario, describen a sus hijos como torpes, descoordinados en sus movimientos y con retraso en la adquisición de las habilidades motoras.
La calidad del sueño de los niños con TDAH también tiene sus características diferenciales. Los padres de estos niños con frecuencia señalan que se despiertan numerosas veces durante la noche y que se mueven mucho mientras duermen. De hecho, los niños hiperactivos se levantan durante la noche el doble que los niños sin este trastorno. Sin embargo, el número total de horas de sueño y el inicio del mismo de los niños con TDAH no muestra diferencia significativas con respecto a los otros niños. También relatan los padres de niños hiperactivos que con frecuencia presentan enuresis nocturna (escape involuntario de la orina durante la noche).
Fuente: Solo Hijos www.solohijos.net
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