miércoles, 22 de agosto de 2007

La Educación Sexual en el marco del amor:


Mucho se ha debatido sobre la necesidad de implementar Educación Sexual en las escuelas y más aún se ha discutido sobre el cómo hacerlo.

Frecuentemente se ha responsabilizado a la Iglesia Católica de poner trabas para no poder avanzar con una legislación adecuada que dirima los ámbitos óptimos para la educación sexual aludiendo que ésta hace demasiado hincapie en el rol de la familia en un momento en que la familia está ausente o directamente no existe, en algunos casos.

También se la tildó de retrógrada dado que, supuestamente, no reconoce las diferentes realidades familiares y los diferentes tipos de sexualidad presentes en la sociedad actual.

o es así, "la Iglesia no desconoce una sexualidad diversa, pero propone el engarce más digno que es la sexualidad en el amor, que la sostiene y la hace brillar más". "La propuesta de la Iglesia siempre propone un bien mayor, sin negarse a otras realidades y trata de adecuar su cosmovisión a la educación sexual".(1)

La propuesta consiste en una Educación para el amor y la sexualidad responsable dentro de un plan general de enseñanza y de cartillas de estudio y trabajo que fija contenidos y ofrece grandes lineamientos en base a la doctrina de la Iglesia, incluyendo temas como el pudor, la ternura, el respeto y la amistad, pero sobre todo remarcando el valor de la castidad y la virginidad.
En síntesis, la Iglesia Católica propone que la Educación sexual

-Esté incluida dentro de la educación integral
-Sea una educación para el amor como don de sí mismo
-Sea dirigida por los padres, como primeros educadores
-Las escuelas deben ser cooperadoras de los padres, actuando como subsidiarias.
-Vaya unida a una educación del pudor y la amistad.
-Exija una educación de la castidad y la virginidad, como virtudes que desarrollan la auténtica madurez de la persona.
-Vaya fuertemente unida a los principios morales, oponiéndose al sistema de información sexual separada de los mismos.

A diferencia de otras organizaciones que incentivan la "vida sexual sin complicaciones", la Iglesia propone una "educación constructiva de la identidad sexual, que promueva un proyecto de vida", con un plan general de educación para el amor. por edades: de 6 a 8 años; de 9 a 11 y 12 a 17, y temáticas acordes al grado de maduración del niño o adolescente.


Nada más lejos entonces, de la oposición o el rechazo.
María Inés Maceratesi

(Cfr. R.P. Rubén Revello, coordinador del Instituto de Bioética de la UCA)


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