jueves, 24 de enero de 2008

Ser comunicadores de Aparecida


En el Nº 86 el documento nos invita a comunicar la vida de Cristo comunicando el Evangelio porque el discípulo está llamado a ser misionero y comunicar esa vida, que no es cualquier clase de vida sino una vida digna y feliz, plena, para todos los pueblos, para que en Él tengan vida.
Aparecida convoca a la magnanimidad y nos impulsa hacia el futuro, hacia adelante, hacia una gran "aventura".

Será importante captar el espíritu de Aparecida que se inserta en la historia de la pastoral latinoamericana para fortalecer la iglesias en cada país y en cada región. Los porteños tenemos un cierto desdén por la Iglesia latinoamericana y Aparecida es un instrumento para generar una nueva etapa pastoral, más esperanzada y valorando lo común que tenemos con toda Latinoamérica.

El eje de Aparecida está centrado en Cristo y la vida, la vida en Cristo y, los principales agentes somos los bautizados.

La Iglesia hoy tiene nuevos desafíos para su misión y se hace imperioso tender a la comunión misionera entendiendo que tenemos que recomenzar desde Cristo, si no, no se entenderá Aparecida. El planteo de las comunidades cristianas apunta a cómo hacer para articular documentos pastorales que merecen ser recibidos y aplicados. En el caso de nuestro país la articulación pasa entre Aparecida y Navega Mar Adentro (CEA)

La línea pastoral fuerte en Aparecida puso el acento en la Pastoral Bíblica. Aparecida habla con el lenguaje de los sentimientos, las palabras y los símbolos, las tensiones son inevitables en todo acontecimiento eclesial, la Iglesia real es peregrina, histórica, real, tiene tensión pero también comunión ya que Dios es logos y diálogo.

¿Qué es ser cristiano hoy en América Latina?...es manifestar el rostro y la voz propia de la Iglesia latinoamericana ya que en América Latina está el 43% de los bautizados del mundo.
Las diócesis y los episcopados deberán tomar la decisión de trazar líneas pastorales comunes que implementarán las diócesis apuntando a una misión continental profunda, capilar y a largo plazo.

La misión es en la historia, Aparecida es el comienzo de un gran proyecto misionero si se lo toma en serio, puede llegar a ser letra muerta o por el contrario espíritu vivificador.
Vida es la palabra que más veces aparece en el documento, es central en todo el documento seguida de alegría, santidad, comunión eclesial, itinerario formativo de los discípulos y misioneros.

Habrá que contemplar una pastoral personal, una familiar intergeneracional humana y social y una cultural utilizando un método de discernimiento comunitario y de participación al modo de un nuevo Pentecostés.

Otro tema central a tener en cuenta es el tono o lenguaje del documento que se refleja en un estilo positivo, propositivo, ecuménico, dialogal y respetuoso. Una Iglesia propositiva donde lo más importante es el Evangelio.

Conviene aclarar que entre los discípulos y misioneros no hay una etapa intermedia de la formación, son dos caras de una misma medalla.
No perder de vista el Evangelio, centrarse en él al modo de Jesús que elegía a sus discípulos en una época en que los discípulos generalmente elegían a los maestros. La comunión y la misión no son etapas y son permanentes. La Nueva Evangelización requiere de todas las vocaciones pero la laical es puntual y prioritaria. Todos los bautizados tenemos que ser misioneros.

Los temas que preocuparon a los obispos en Aparecida son: la transmisión de la fe a las nuevas generaciones, lograr estructuras más equitativas, fortalecer los vínculos familiares y sociales, los jóvenes, la crisis cultural y la pobreza con la consiguiente falta de educación y trabajo.

Misión:

Estamos ante el primer gran proyecto misionero latinoamericano, hubo sucesivas respuestas pastorales a temas emergentes pero flojas. Aparecida convoca a partir de las raíces culturales, éticas y religiosas nuevas y globalizantes.
La acción misionera de Jesús se basa en el "vayan", es envío, con la misma autoridad y misión. Ir hacia las periferias excluidas (tema social), existenciales y culturales. Se necesitará mucha creatividad laical en la vida privada y pública.

Los verbos con los que se intenta impulsar la misión van precedidos de un "re", recomenzar desde Cristo, redescubrir el Bautismo y no perder de vista que se comienza a ser cristiano por un encuentro personal con Cristo, no por una decisión personal.

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