martes, 21 de febrero de 2012

Un acercamiento a las drogas




Ésta es una primera entrega de las que iremos realizando paulatinamente para concientizar sobre el rol de la familia y en especial de los padres en la prevención de la drogadiccción. El material forma parte de un curso on line impartido por Educared a través de su plataforma virtual Intercampus.


Introducción

El papel de los padres es clave para la prevención del consumo de drogas. Es evidente que podemos contribuir positivamente para intentar evitar o retrasar el consumo de drogas de nuestros hijos. Pero, en definitiva, dado que las drogas han estado, están y estarán presentes en la sociedad, el objetivo último debe ser enseñarles a aprender a vivir en un mundo con drogas sin que éstas supongan un riesgo o problemas para sus vidas.

El concepto de droga no sólo abarca las sustancias ilegales que tanta alarma social han provocado. El concepto de droga es mucho más amplio e incluye multitud de sustancias con las que convivimos actualmente y que forman parte de nuestros hábitos de alimentación, de esparcimiento o de relación con los demás.

Tradicionalmente se ha considerado que informar acerca de las consecuencias de las drogas es la estrategia preventiva por excelencia. Cabe suponer que, de esta manera, la persona se hace consciente de los efectos negativos que le traerá el consumo de una sustancia y, en consecuencia, la evitará.

Pero todos sabemos que la realidad no es tan sencilla y que el hecho de disponer de información suficiente acerca de las consecuencias de un consumo, no generan la disminución de éste. Es preciso, por tanto, una actuación más global y profunda.

Aun así, la información tiene un valor innegable en la prevención del consumo de drogas, bien para tomar decisiones, bien para que sea posible valorar adecuadamente los pros y los contras de cada opción. Por este motivo, es importante adquirir una información suficiente y veraz acerca de las drogas, de lo que puede esperarse de ellas, de cómo influyen en el organismo y cómo condicionan las relaciones con los demás.

En este módulo, a través de los contenidos teóricos y audiovisuales y una serie de actividades, acercaremos la labor preventiva a nuestra vida cotidiana analizando aquellos elementos a través de los cuales podemos formar y preparar a nuestros hijos para enfrentarse a la convivencia con las drogas. Asimismo, abordaremos los conceptos básicos para entender las drogas y las relaciones que se establecen con ellas.

¿Cuándo se convierten las drogas en un problema?

Cada persona es distinta y los motivos que cada uno tiene para tomar drogas también (la falta de información, la búsqueda de algo distinto, experimentar qué se siente, animarse, divertirse, olvidar los problemas o, simplemente, hacer lo que hacen los demás).

El consumo de drogas es un fenómeno complejo y multidimensional. Un fenómeno en el que la droga en sí no es el único ni, en muchos casos, el principal aspecto a considerar. La manera más adecuada de observar el consumo de drogas y sus problemas asociados es a través del llamado modelo multidimensional del uso de drogas.

Desde este modelo se entiende que el uso de drogas es un proceso determinado por la constante interacción en el tiempo de tres elementos que se entrelazan y se condicionan mutuamente:

• La sustancia y todo lo relacionado con ella: tipo, cantidad, frecuencia, vía de consumo,....

• El individuo y sus características: edad, madurez, motivaciones para el consumo, expectativas,...

• El contexto, tanto cercano (familia, amigos, barrio, escuela...) como lejano o macrosocial (cultura,...) en el que se produce el consumo.

En muchos casos existe consumo de drogas, pero las características de ese consumo, las razones por las que puede ser problemático o no y las previsibles consecuencias del mismo, son totalmente distintas. No es lo mismo beber solo que acompañado, probar una sustancia con 13 años que con 30, fumar estando embarazada o no estándolo,...

En cada caso, las necesidades a las que deberían responder las acciones preventivas son muy diferentes y las características de dichas acciones también lo serían: información, límites, compañía, apoyo,...

Esta perspectiva multidimensional del consumo y la necesidad de adecuar la labor preventiva a la realidad concreta de cada persona, ha dado lugar en prevención a dos conceptos básicos: factores de riesgo y factores de protección.

Los factores de riesgo son aquellas circunstancias o características personales y
ambientales que, relacionadas con la droga, aumentan la probabilidad de que una persona consuma esa sustancia.

Ello no quiere decir que vaya a producirse inevitablemente el consumo. Únicamente implica un aumento del riesgo de que se inicien en el uso de drogas o de que aparezcan complicaciones ligadas a éste.

Los factores de protección son aquellas características o capacidades personales y sociales que fortalecen a las personas para poder afrontar con éxito las situaciones de riesgo,
concretamente, las de consumo de drogas. Es decir, aquellas que hacen a los individuos menos vulnerables.

Con la detección de los factores de protección y la posibilidad de fomentarlos en las personas a través de la educación y el ejemplo, se ha dado con la clave para una buena prevención.

No se necesita ser un experto en prevención, solamente se precisa asumir las riendas de nuestra función educativa. Ya que la mayoría de los factores de protección son educables, es decir, se pueden enseñar fácilmente a niños y adolescentes.

En consecuencia, la prevención no puede traducirse en recetas o vacunas válidas para todas las familias o para todos los hijos por igual.

Prevenir supone analizar los FACTORES DE RIESGO
reales en cada uno de nuestros hijos y detectar y considerar los FACTORES DE PROTECCIÓN que ya existen y aquellos en los que se puede intervenir.

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