lunes, 3 de agosto de 2015

Pastoral Familiar 2015, ¿qué hay de nuevo?



Por María Inés Maceratesi
Agente de Pastoral Familiar
familiarconsultoria@gmail.com

La Iglesia Católica está nuevamente poniendo en primer plano la Pastoral Familiar y, como Agente y Consultora de Pastoral Familiar, muchas veces conté que la Universidad Católica, allá por el año 1995, había creado el Instituto para el Matrimonio y la Familia y lo había hecho en el marco de la Facultad de Teología. Al egresar, luego de tres años de intenso trabajo sobre las bases antropológicas, psicológicas, sociológicas y teológicas sobre el matrimonio y la familia, junto con algunos obispos, sacerdotes y laicos, comenzamos a pensar cómo poner en práctica algo de lo recibido para acompañar a las familias en su situación particular de vida, desarrollo y cultura.

Hoy, transcurridos casi veinte años, encuentro en el Boletín Eclesiástico, un órgano de información del Arzobispado de Buenos Aires, que el Consejo Presbiteral reunido el 26 de mayo de 2015, dedicó toda su jornada de reflexión a la Pastoral Familiar pero, mucho me asombra no encontrar ningún cambio y la evidencia de que se está siempre en el mismo lugar, siempre comenzando, siempre tratando de descubrir por dónde va la cosa y encontrarme con que, de la exposición de dos expertas, una excelente socióloga como la Dra Beatriz Balian quien fuera nuestra profesora y otra especialista, surge un trabajo en grupos con preguntas sobre cómo implementarla, cuáles son las necesidades más urgentes más lo inmediato, lo posible y lo que implica una mirada a largo plazo.

Y se propone escuchar a los movimientos especializados en familia, la urgenicia de acompañar a niños y adolescentes, padres en crisis cómo implementarla en parroquias, formación prematrimonial mediata e inmediata, la implementación de Consultorías familiares, abrir espacios de encuetro, hacer presentes los valores del Evangelio. En definitiva, no puedo creer lo que leo porque, luego de colaborar durante casi diez años, tanto a nivel diocesano como nacional, parecería que no se ha hecho nada y me fastidia porque es triste ver que en ámbitos eclesiales sucede lo mismo que a nivel social y aún político, nunca se toma en cuenta lo hecho por otros y se parte de cero, lo cual implica un retroceso mayúsculo.

El Arzobispo Mons. Poli expresa como conclusión: "Cuántas veces decimos que nuestra Patria, nuestras Parroquias y comunidades son una gran familia. Pero "¿De qué familia hablamos, cuál es el modelo que subyace?". Tenemos como imagen la Familia de Nazaret, también la familia clásica o nuestra propia experiencia de familia, que a veces está muy lejos del rostro de las nuevas formas familiares de nuestro medio. Es a estas familia, también , a las que hay que ofrecer un espacio de encuentro sanador, integrándoles la posibilidad de que descubran el Evangelio de la Familia que nos reveló Jesús"

Lamentablemente aún estamos muy lejos de comprender que únicamente partiendo de la realidad de cada familia en particular, podrá lograrse algún resultado visible a mediano plazo pero, mientras nos encontremos con vallas y prejuicios no redundará en beneficio de la sociedad y de la Iglesia.

Me hago cargo de lo que digo porque he tropezado con muchas piedras en el camino y especialmente con una que me cercenó el fervor evangelizador cuando, al proponer un trabajo posbautismal con la familia de los niños que se bautizaban en la parroquia, la respuesta fue: "No porque no va a venir nadie". Soy de las personas que cree en que una sola respuesta de alguien, vale la pena todo el esfuerzo que estemos dispuestos a hacer pero, si primero no cambian la mentalidad los párrocos (ya que se busca realizar algo dentro de las parroquias), si no confían en los laicos preparados especialmente para tal fin, llegará el siglo XXII (casi ninguno de nosotros lo verá) pero todavía seguirán pensando cómo poner en práctica la Pastoral Familiar.

Y concluyo expresando lo que pienso desde hace mucho tiempo: "La Pastoral Familiar sólo será posible cuando la PASTORAL sea entendida como una familia, con interrelación y comunicación, con colaboración mutua dentro de un enorme paraguas que incluya especialmente a la Pastoral Social pues, la Doctrina Social de la Iglesia tiene mucho para ofrecer a la Pastoral Familiar"

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